SAHIH BUKHARI
1.-EL LIBRO DE LA REVELACIÓN
Dijo Ash-Shaikh Al-Imam Al-Hafiz Abu Abdullah Muhammad bin Ismail bin Ibrahim bin Al Mughira Al-Bukhari (Que Alláh sea Misericordioso con él):
(1) CAPÍTULO. Como la revelación divina empezó a ser revelada al Mensajero de Alláh.
Y la palabra de Alláh: “Ciertamente, hemos mandado la revelación a usted (Oh Muhammad) tal como mandamos la revelación a Noah y a los Profetas después de él” (4:163).
1. Narró Umar bin Al-Khattab: He escuchado al Mensajero de Alláh diciendo: “La recompensa para los hechos depende de las intenciones y cada persona tendrá la recompensa de acuerdo a su intención. Entonces cualquiera que emigre para los beneficios mundanos o para casarse con una mujer, su emigración será por lo que haya emigrado”[1].
(2) CAPÍTULO.
2. Narró Aishah, la madre de los creyentes fieles[2]: Al-Harith bin Hisham preguntó al Mensajero de Alláh: “¡Oh Mensajero de Alláh! ¿Como se le reveló la Revelación Divina?” El Mensajero de Alláh contestó: “A veces se revela como el timbre de una campana, esta forma de revelación es la más difícil de todas y entonces este estado pasa después de que yo haya captado lo que se reveló. A veces llega el ángel en forma de hombre y me habla y capto lo que sea que diga”. Aishah agregó: “Ciertamente vi al Profeta siendo inspirado (divinamente) y (noté) el dulce goteo de su frente en un día muy frío cuando se terminó la Revelación”.
(3) CAPÍTULO.
3. Narró Aishah, la madre de los creyentes fieles: El inicio de la Revelación (Divina) al Mensajero de Alláh estaba en forma de unos sueños verdaderos los cuales se hicieron verdad como la luz brillante del día, y entonces se le concedió el amor de la reclusión. Acostumbraba a recluirse en la cueva de Hira en dónde solía darse a la devoción (a Alláh Solamente) continuamente por muchas noches antes de regresar a (o su deseo de ver) su familia. Solía llevar consigo la comida del día y entonces regresar con (su esposa) Khadija para levar del mismo modo la comida otra vez hasta que de repente la Verdad descendió en él mientras estaba en la cava de Hira. El ángel le llegó y le pidió que leyera. El Profeta contestó: “No sé leer”.
El Profeta agregó: ”Entonces me atrapó (con fuerza) y me apretó tan fuerte que no lo podía soportar más. Entonces me soltó, y otra vez me pidió que leyera y le contesté: ”No sé leer”. Una vez más me agarró y me presionó una segunda vez hasta que no lo podía soportar. Me soltó entonces y una vez más me pidió que leyera pero una vez más le contesté: ”No sé leer (o ¿Qué debería leer?)”. Entonces me agarró por tercera vez y me apretó, y me soltó entonces y dijo: “Lee en el nombre de tu Dios, Quien ha creado (todo lo que existe). Ha creado al hombre de un coagulo (un pedazo de sangre espesa coagulada). ¡Lee! Y tu Dios es el más generoso” (96:1-3). Entonces el mensajero de Alláh regresó con la Revelación y con su corazón latiendo muy fuerte. Entonces fue con Khadija bint Khuwailid y dijo: “¡Tápame! ¡Tápame!”. Lo taparon hasta que se desvaneció su miedo y de esto le dijo a Khadija todo lo que había ocurrido (y dijo): ”Temo que algo me pueda pasar”. Khadija respondió: ”¡Nunca! Por Alláh, Alláh nunca te pondrá en desgracia. Tu, guarda buenas relaciones con y tus parientes, ayuda a los pobres y a los desvalidos, sirve generosamente a tus invitados y asiste a los afligidos por la calamidad”.
Khadija entonces lo acompañó con su prima Waraqa bin Naufal bin Asad bin Abdul Uzza, quien, durante el período de la Ignorancia se hizo cristiano y utilizó a la escritura con letras hebreas. Escribiría el Evangelio en hebreo tanto como Khadija dijo a Waraqa: “Escucha (la historia de) tu sobrino ¡Oh mi prima!”. Waraqa preguntó: ”¡Oh mi sobrino! ¿Qué has visto?”. El Mensajero de Alláh describió todo lo que ha visto. Waraqa dijo: ”Este es el mismo [quien guarda el secreto, i.e. el ángel Yibril (Gabriel)] el cual Alláh ha enviado a Musa (Moisés). Ojalá estuviera joven y vivir lo suficiente para ver cuando su gente concurriera”. El Mensajero de Alláh preguntó: ”¿Ellos me echarán?”. Waraqa respondió de forma afirmativa y dijo: “Qualquier (hombre) que haya llegado con algo similar a lo que has traído fue tratado con hostilidad; y si quedaras vivo hasta el día (cuando se te eche) entonces te apoyaría fuertemente”. Pero después de unos días Waraqa murió y la Revelación Divina también tuvo una pausa por un tiempo.
4. Narró Jabir bin Abdullah Al-Ansari mientras hablaba del período de pausa en la revelación, citó al Profeta: “Mientras estaba caminando, de repente escuché una voz del cielo. Miré hacia arriba y vi al mismo ángel, quien me había visitado en la cueva de Hira, sentado en una silla entre el cielo y la tierra. Le tuve miedo y regresé a casa y dije ”Enrróllame (en mantas)”. Y entonces Alláh reveló los siguientes santos versos (del Corán):
“¡Oh tu (Muhammad) cubierto (en joyas)! Párate y advierte y quédate lejos de Ar-Rujz (los ídolos)!” (74:1-5).
Después de esto, la revelación se empezó a hacer más fuerte y frecuente de generación en generación”.
(4) CAPÍTULO.
5. Narró Said bin Jubair: Ibn Abbas en la explicación de lo dicho por Alláh: “No muevas tu lengua acerca de (el Corán, O Muhammad) para darte prisa con eso” (75:16). Dijo: “El mensajero de Alláh solía enfrentar la revelación con gran stress y dureza, y solía mover sus labios (rápidamente con la Revelación)”.
Ibn Abbas movió sus labios diciendo: ”Estoy moviendo mis labios (en frente tuyo) al igual que el Mensajero de Alláh solía mover los suyos”.
Said movió sus labios diciendo: ”Estoy moviendo mis labios, tal como he visto que Ibn Abbas movía los suyos”.
[Ibn Abbas agregó]: ”Entonces Alláh reveló “Mueve tu lengua acerca de (el Corán, Oh Muhammad) para darle prisa a eso. Nos toca a nosotros recolectarla y darle a usted (Oh Muhammad) la capacidad de recibirlo (el Corán) (75:16-17), [lo que quiere decir que Alláh le hará recordar (al Profeta) la parte del Corán la cual era revelada en este tiempo de memoria y recitarla). La frase de Alláh: “Y cuando la hayamos recitado a usted (Oh Muhammad a través de Yibril (Gabriel)] entonces le seguirá su recitación (el Corán)” (75:18) (quiere decir “escuche y esté en silencio”). “Entonces es de nosotros (Alláh) hacerlo claro para ustedes” (75:19), entonces quiere decir (para Alláh) hacérselos recitar (y su significado se hará claro por sí solo a través de su lengua). Después, el Mensajero de Alláh solía escuchar a Yibril cuando llegaba y después de su partida solía recitarlo tal como Yibril lo recitaba”.
(5) CAPÍTULO.
6. Narró Ibn Abbas: “El Mensajero de Alláh era el más generoso de toda la gente y solía alcanzar la cima de la generosidad en el mes de Ramadán cuando Yibril (Gabriel) lo conoció. Yibril solía encontrarse con él cada noche del Ramadán para enseñarle el Corán.
El mensajero de Alláh era la persona más generosa, aún más generoso que los vientos justos [mandados (por Alláh) con noticias alegres (lluvia), con rapidez y prisa para realizar actos de caridad]”.
(6) CAPÍTULO.
7. Narró Ibn Abbas: Abu Sufyan bin Harb me informó que Heraclius le ha mandado un mensajero mientras ha estado acompañando a una caravana de Quraish. Había marchantes haciendo negocios en Sham (Siria, Palestina, Líbano y Jordania), cuando el Mensajero de Alláh tenía una tregua con los infieles de Abu Sufyan y Quraish. Entonces Abu Sufyan y sus compañeros fueron con Heraclius en Ilya (Jerusalén). Heraclius les llamó a la corte y tenía a su alrededor todos los grandes dignatarios romanos. Llamó a su traductor quien, traduciendo la pregunta de Heraclius, les preguntó: ”¿Quién de entre ustedes es cercano a este hombre que se dice un Profeta?”. Abu Sufyan respondió: ”Soy el pariente más cercano a él (de entre el grupo)”.
Heraclius dijo: ”Tráiganlo (a Abu Sufyan) cerca de mí y hagan que sus compañeros estén parados detrás de él”. Abu Safyan agregó: ”Heraclius le dijo a su traductor que les dijera a sus compañeros que él quería hacerle unas preguntas acerca de este hombre (el Profeta) y que si mentían ellos (mis compañeros) deberían contradecirme”. Abu Sufyan agregó: “¡Por Alláh! No he tenido miedo de que mis compañeros me etiquetaran como un mentiroso, no habría estado hablando con verdad acerca del Profeta”.
La primera pregunta que me hizo acerca de él era: “¿Cuál es el estatuto familiar entre ustedes?”. Yo contesté: “Pertenece a una familia noble de entre nosotros”. Heraclius más adelante preguntó: ”¿Alguna vez alguien de entre ustedes ha reclamado algo parecido (ser Profeta) antes que el (haya reclamado)?”. Yo contesté: “No”. Preguntó: “¿Hubo alguna vez entre sus ancestros algún rey?”. Contesté: ”No”. Heraclius preguntó: “¿Los nobles o los pobres lo siguen?”. Contesté “Son los pobres los que lo siguen”. Dijo: ”¿Sus seguidores aumentan o disminuyen (día tras día)?”. Contesté: “Están aumentando”. Entonces preguntó: “¿Hay alguien que haya aceptado su religión que se descontentó y haya renunciado después?”. Contesté: “No”. Heraclius dijo: “¿Lo han acusado alguna vez de decir mentiras después de su anuncio (de ser Profeta)?” Contesté: “No”. Heraclius dijo: “¿Alguna vez él ha traicionado o probado ser traicionero a su conveniencia?”. Contesté: “No. Estamos en tregua con él, pero no sabemos lo que hará”. No he podido encontrar la oportunidad de decir nada en contra de él, excepto esta palabra. Heraclius preguntó: “¿Has tenido alguna pelea con él?”. Contesté: “Sí”. Entonces dijo: “¿Cuál fue el final de sus peleas con él?”. Contesté: “La pelea entre nosotros y él fue indecisa y se compartió la victoria entre él y nosotros por turnos”. Heraclius dijo: “¿Qué fue lo que les ordenó?”. Yo dije: “Nos dijo adorad Solo a Alláh y no adorad nada más, y renunciar a todo lo que nuestros ancestros habían dicho. Nos ordenó rezar, hablar con la verdad, ser castos y mantener buenas relaciones con nuestros ancestros y parientes”.
Heraclius le pidió al traductor que me transmitiera lo siguiente: ”Les pregunté acerca de su familia y contestaron que pertenecía a una familia noble de entre ustedes. De hecho todos los mensajeros provienen de familias nobles de entre sus gentes. Los cuestioné si alguien más de entre ustedes había proclamado algo parecido, su respuesta era negativa. Si la respuesta hubiera sido afirmativa, hubiera pensado que este hombre estaba siguiendo las frases previas del hombre. Entonces les pregunté si alguien de sus ancestros era rey. Su contestación fue negativa, y si hubiera sido afirmativa, hubiera pensado que este hombre quería tomar de vuelta su reinado ancestral. Más adelante les pregunté si le habían atrapado en decir mentiras antes de decir lo que dijo, y su contestación fue negativa.
Entonces me preguntó como una persona que no miente acerca de los demás pueda jamás mentir acerca de Alláh. Yo, entonces, les pregunté si le seguían gente rica o gente pobre. Ustedes contestaron que eran los pobres los que lo seguían. Y de hecho, estos (los pobres) son los seguidores del Mensajero. Entonces les pregunté si sus seguidores aumentaban o disminuían. Contestaron que iban en aumento, y de hecho es el camino de la fe verdadera, hasta que este completa en todos los sentidos. Les pregunté luego si hubo alguien después de aceptar su religión, se haya vuelto descontento y haya abandonado su religión. Su contestación fue negativa, y de hecho esto es (el signo de) la fe verdadera, cuando su deleite entra en los corazones y se mezcla con ellos completamente. Les pregunté si él los había traicionado. Contestaron de forma negativa y de igual modo el Mensajero nunca ha traicionado. Entonces les pregunté que era lo que él les había ordenado hacer. Contestaron que él les ordenó tener devoción a Alláh (Y solamente a Alláh) y no adorar nada al mismo tiempo y les prohibió adorar ídolos y les ordenó rezar, hablar con la verdad y ser castos. Si lo que han dicho es verdad, muy pronto el ocuparía el lugar [el cual está debajo de mis pies (ahora)] y lo he sabido (de las Escrituras) que aparecería pero no sabía que era de ustedes, y si estoy seguro[3] de alcanzarlo, iría inmediatamente a conocerlo y si estuviera con él lavaría seguramente sus pies”.
Heraclius entonces preguntó por la carta escrita por el Mensajero de Alláh la cual fue entregada por Dihya al gobernador de Busra, quien le mandó de regreso a Heraclius para que la leyera. Los contenidos de la carta eran lo siguiente:
“En el nombre de Alláh el Más lleno de Gracia, el Más Misericordioso.
(Esta carta es) de Muhammad, el esclavo de Alláh y Su Mensajero, para Heraclius el que gobierna a los Bizantinos. Que la paz esté con él, ya que sigue el buen camino. Después de esto: Te invito al Islam y si te vuelves musulmán estarás seguro, y Alláh doblará tu recompensa, y si rechazas esta invitación al Islam estarás cometiendo un pecado al mal dirigir tus Arisiyin (campesinos). Y (te recito la frase de Alláh:)
“¡Oh pueblo de las Escrituras (Judíos y Cristianos)! Llega la palabra que es justo entre nosotros y tú, que nosotros no adoramos a nadie, sino a Alláh y que no asociamos ningún socio con Él, y que ninguno de nosotros debería tomar otros dioses al lado de Alláh. Entonces, si se voltean, dices: “Sé testigo que nosotros somos musulmanes” (3:64).
Abu Sufyan entonces agregó: “Cuando Heraclius terminó con su discurso y leyó la carta, hubo un gran caos y gritos en la corte. Les dije a mis compañeros que la pregunta de Ibn Abi Kabsha[4] (el Profeta Muhammad) era tan prominente que hasta el rey de Bani Al-Asfar (Bizantinos) le tenía miedo. Entonces estuve seguro que (el Profeta) sería el conquistador en un futuro cercano mientras aceptara el Islam (i.e. Alláh lo guió hacia mi)”. (El subnarrador agrega): Ibn An-Natur era el gobernador de Ilya (Jerusalén), y Heraclius era la cabeza de los Cristianos de Sham.
Ibn An-Natur narra que una vez mientras Heraclius estaba de visita en Ilya (Jerusalén), se despertó una mañana de un humor triste. Algunos de sus padres le peguntaron por que estaba de este humor. Heraclius predecía las cosas y era un astrólogo.
El contestó: “En la noche cuando mire a las estrellas, vi que el líder de los que practican la circuncisión ha aparecido (se volvio el conquistador), (y el preguntó): “¿Quiénes eran los que practicaban la circuncisión?”.
El pueblo contestó: ”Excepto los Judíos, nadie más, practica la circuncisión, entonces no debería tenerles miedo (los Judíos). Solo ordena matar a cada uno de los Judíos presentes en el país”.
Mientras lo estaban discutiendo, llegó un mensajero mandado por el rey de Ghassan para transmitir las noticias del Mensajero de Alláh a Heraclius.
Después de escuchar las noticias, él (Heraclius) ordenó al pueblo ir y ver si el mensajero de Ghassan era circuncidado. El pueblo, después de verlo, le dijo a Heraclius que era circuncidado. Entonces Heraclius le preguntó acerca de los Arabes. El mensajero contestó: “Los Árabes también practican la circuncisión”.
(Después de escuchar esto) Heraclius notó que apareció la soberanía de esta nación (los árabes). Heraclius entonces escribió una carta a su amigo en Roma quien era tan bueno como Heraclius en sabiduría. Heraclius entonces salió para Homs (una ciudad en Siria) y se quedó ahí hasta que recibió la contestación de su amigo quien estuvo de acuerdo con él acerca de la urgencia del Profeta y del hecho que era en efecto un Profeta. En esto Heraclius invitó a todas las cabecillas de los Bizantinos para una asamblea en su palacio en Homs. Cuando estuvieron reunidos, ordenó cerrar todas las puertas de su casa. Entonces salió y dijo: “¡Oh Bizantinos! Si su deseo es el éxito y si buscan una buena guía y quieren que su reinado perdure, entonces dénle la Baiah (Promesa) a este Profeta (i.e. acepten el Islam)”.
(Al escuchar los puntos de vista de Heraclius) la gente corrió hacia las puertas del palacio, pero encontraron que las puertas estaban cerradas. Heraclius se dió cuenta de su aborrecimiento hacia el Islam y cuando perdió la esperanza de su aceptación hacia el Islam, (ordenó): “Traiganmelos de vuelta.” (Cuando volvieron) dijo: “Lo que acabo de decir es solamente para probar la fuerza de su convicción y la he visto”. La gente se postró ante él, y se congraciaron con él, y eso fue el fin de la historia de Heraclius (en conexión con su fe).
[1] (H.1) El Profeta dijo eso en esta ocasión por la migración de alguien de Makkah a Al-Madina no por la seguridad de la Causa Islámica sino para casarse con una mujer quien había estipulado que él debería emigrar si quiería casarse con ella. De cualquier modo, este Hadith implica un principio general, i.e., uno es recompensado por sus acciones de acuerdo a sus intenciones reales y no de acuerdo a sus acciones actuales las cuales pueden ser buenas en sí pero fueron motivadas por una intención enfermiza.
[2] (H.2) Alláh llama a las esposas del Profeta “las Madres de la creencia” en que los creyentes deberían mostrar respeto y reverencia y nadie de los creyentes se les permitió casarse con ninguna de ellas después de la muerte del Profeta, (33:6).
[3] (H.7) Quiere decir que él (Heraclius) tenía miedo de que su gente se encontrase con él.
[4] (H.7) Abi Kabsha no era el padre del Profeta Muhammad pero él era una burla hecha por Abu Sufyan por la hostilidad en contra del Profeta.