SAHIH BUKHARI
4.- LIBRO DEL WUDU (ABLUCION)
(1) CAPÍTULO. ¿Qué se ha revelado acerca de la ablución?
Y la palabra de Alláh: ”¡Oh ustedes quienes creen! Cuando intenten ofrecer el Salat (Oración) laven sus caras y sus manos (antebrazos) hasta los codos, froten (pasando las manos mojadas encima) de sus cabezas, y (laven) sus pies hasta los tobillos...” (5:6) Abu Abdulla dijo: “El Profeta ha dicho que es obligatorio (mientras se realiza) la ablución lavar una vez las partes del cuerpo (mencionadas antes). Y el Profeta también realizó la ablución lavando (estas) partes dos o tres veces, pero nunca las lavó más de tres veces.
Y a los hombres religiosos letrados no les gusta exceder los límites establecidos por el Profeta mientras se realiza la ablución, y sobrepasar la acción del Profeta.
(2) CAPÍTULO. Ningún Salat (oración) es aceptado sin ablución (i.e. retirar, el pequeño Hadath por la ablución o el gran Hadath tomando un baño).
135. Narró Abu Hurairah: el Mensajero de Alláh dijo: “El Salat (oración) de una persona quién hace el Hadath (pasa la orina, excremento o gases) no se acepta hasta que la persona realice (repite) la ablución”.
Una persona de Hadaramout preguntó a Abu Hurairah: “¿Qué es el Hadath?”. Abu Hurairah contestó: “Hadath quiere decir el pase de gases a través del ano”.
(3) CAPÍTULO. La superioridad de la ablución. Y Al-Ghurr-ul-Muhajjalun (las partes del cuerpo de los Musulmanes lavadas en la ablución brillarán en el Día de la Resurección y los ángeles los llamarán por sus nombres) de las huellas de la ablución.
136. Narró Unaim Al-Mujmir: Una vez subí al techo de la mezquita, junto con Abu Hurairah. El realizó la ablución y dijo: “He escuchado al Profeta diciendo: “En el día de la Resurreción, mis seguidores serán llamados Al-Ghurr-aul-Muhajjalun de las huellas de ablución y quienquiera pueda aumentar el área de su resplandor debería hacerlo así (i.e. realizando la ablución de la manera más perfecta)” “.
(4) CAPÍTULO. Uno no debería repetir la ablución si tiene duda a menos y hasta que esté convencido (de que ha perdido su ablución por tener Hadath).
137. Narró Abdah bin Tamim: Mi tío preguntó al Mensajero de Alláh acerca de una persona quién ha imaginado haber pasado los gases durante el Salat (oración). El Mensajero de Alláh contestó: “No debería dejar su Salat a menos que haya escuchado el sonido o huela algo”.
(5) CAPÍTULO. Para realizar una ablución ligera.
138. Narró Kuraib: Ibn Abbas dijo: “El Profeta se durmió hasta roncar y luego ofreció el Salat (oración) (o probablemente se quedó acostado hasta que los sonidos de su aliento se escucharon y luego se levantó y rezó)”. Ibn Abbas agregó: “Me quedé a pasar la noche en la casa de mi tía, Maimuna, el Profeta se durmió parte de la noche; y tarde en la noche, se levantó y realizó la ablución de una cubeta colgante, una ablución ligera (perfecta) y se levantó para el Salat. Yo, también realicé una ablución similar y luego me fui y me paré a su lado izquierdo. Me llevó a su derecha y rezó tanto como Alláh deseó, y otra vez se acostó y se durmió hasta que se escucharon los sonidos de su aliento. Más tarde, el Muadh-dhin (el que llama para el Salat) llegó y le informó que era tiempo para el Salat. El Profeta se fue con el para el Salat sin realizar una nueva ablución”. (Sufyan le dijo a Amr que algunas personas dijeron: “Los ojos del Mensajero de Alláh duermen pero su corazón no duerme”. Amr contestó: “He escuchado a Ubaid bin Umar diciendo que los sueños de los Profetas eran Divinas Revelaciones, y luego recitó el Verso: “(¡Oh hijo mío! He visto en un sueño que te mataba (te ofrecía en sacrificio a Alláh)...” (37:102) (Ver Fath Al-Bari , Vol. I, Pag 249) (Ver Hadith No. 183).
(6) CAPÍTULO. La terminación (o la perfección) de la ablución (uno debería lavar todas las partes perfectamente).
E Ibn Umar dijo: “La terminación de la ablución quiere decir limpiar las partes perfectamente”.
139. Narró Usama bin Zaid: el Mensajero de Alláh prosiguió de Arafat hasta que encontró el camino a una montaña, orinó y luego realizó la ablución pero no una perfecta. Yo le dije: “¿(Es el tiempo para el) Salat (oración), Oh Mensajero de Alláh?” Dijo: “El (lugar del) Salat es delante de ti”. Montó hasta que alcanzó Al-Muzdalifa, desmontó y realizó la ablución, una perfecta. La (llamada para Adhan y el) Iqama se pronunció y llevó la oración del Maghrib. Entonces todo mundo hizo que se arrodillaran sus camellos en su lugar. Luego se pronunció el Iqama para la oración del Isha el cual llevó el profeta y ninguna (opcional Nawafil o Sunna etc.) oración se ofreció entre los dos Salat (Isha y Maghrib).
(7) CAPÍTULO. Lavar la cara con ambas manos con un puñado de agua.
140. Narró Ata bin Yasar: Ibn Abbas realizó la ablución y lavó su cara (de la siguiente manera): Tomó un puñado de agua, enjuagó su boca y lavó su nariz con el poniendole agua y luego la aventó. El, entonces, tomó otro puñado (de agua) e hizo así (gesticulando) juntando ambas manos, y se lavó la cara, tomó otro puñado de agua y lavó su antebrazo derecho. Otra vez tomó un puñado de agua y lavó su antebrazo izquierdo, y pasó las manos (mojadas) sobre su cabeza y tomó otro puñado de agua y la echó sobre su pie derecho (hasta sus tobillos) y lo lavó bien y similarmente tomó otro puñado de agua y lavó su pie izquierdo (hasta los tobillo) y dijo: “Vi al Mensajero de Alláh realizar la ablución de esta manera”.
(8) CAPÍTULO. Recitar “En el Nombre de Alláh” durante cada acción y al tener relaciones sexuales con la mujer de uno.
141. Narró Ibn Abbas: el Profeta dijo: “Si alguien de ustedes al tener relaciones sexuales con su mujer dice (y debe decirlo antes de empezar) “En el Nombre de Alláh. ¡Oh Alláh! Protégenos de Satanás y también protege lo que nos concede (i.e. la descendencia que llega) de Satanás, y si está destinado a que tengan un hijo entonces, Satanás nunca será capaz de dañar esta descendencia”.
(9) CAPÍTULO. Qué decir mientras se va al servicio (sanitario).
142. Narró Anas: cuando el Profeta iba a contestar la llamada de la naturaleza, solía decir: “Allah-umma inni a’udhu bika minal khubuthi wal khaba’ith” [Oh Alláh, busco refugio en Ti de los demonios, varones y hembras (o todas las cosas ofensivas y malvadas, hechos diabólicos etc.)].
(10) CAPÍTULO. Proveer agua en los servicios (para lavar las partes privadas después de contestar la llamada de la naturaleza).
143. Narró Ibn Abbas: Una vez el Profeta entró en un servicio y coloqué agua para su ablución. El preguntó: “¿Quién la colocó?”. Se le informó y entonces dijo: “¡Oh Alláh! Haz de él (Ibn Abbas) un escolar letrado en la religión (el Islam)”.
(11) CAPÍTULO. Mientras se orina o defeca, nunca encarar Qiblah excepto cuando este rodeado de un edificio o una pared o algo parecido.
144. Narró Abu Ayyub Al-Ansari: ”El Mensajero de Alláh dijo: “Si alguien de ustedes va a un espacio abierto para responder al llamado de la naturaleza no debe dar cara ni tampoco dar la espalda al Qiblah; no debe dar la cara al este ni al oeste”.”.
(12) CAPÍTULO. Defecar mientras esté sentado sobre dos ladrillos.
145. Narró Abdullah bin Umar: La gente dice: “Cuando se sienta para responder al llamado de la naturaleza, no debe dar cara al Qiblah o Bait-ul-Maqdis (Jerusalén)”. Les dije: “Una vez subí al techo de nuestra casa y vi al Mensajero de Alláh respondiendo al llamado de la naturaleza mientras estaba sentado sobre dos ladrillos dando cara a Bait-ul-Maqdis (pero había una pantalla cubriéndolo). (Fath Al-Bari, Vol, I, pag 258).
(13) CAPÍTULO. La salida de una mujer para contestar el llamado de la naturaleza.
146. Narró Aishah: Las esposas del Profeta solían salir al Al-Manasi, un lugar abierto vasto (cerca de Baqi’ en Al-Madina) para contestar el llamada de la naturaleza durante la noche. Umar solía decir al Profeta: “Deja que tus mujeres esten cubiertas“, pero el Mensajero de Alláh no lo hizo así. Una noche Sauda bint Zama, la esposa del Profeta, salió en el tiempo de Isha y ella era una mujer alta. Umar se dirigió a ella y dijo: “Te reconocí, Oh Sauda”. Lo dijo, al desear ansiosamente que los Versos de Al-Hijab (observación de los velos por las mujeres Musulmanes) pudieran ser revelados. Entonces Alláh reveló los versos de Al-Hajab (un cuerpo completo cubierto excluyendo los ojos).
147. Narró Aishah: el Profeta dijo a sus esposas: “Se les permite salir a responder el llamado de la naturaleza”.
(14) CAPÍTULO Defecar en las casas.
148. Narró Abdullah bin Umar: ”Fui al techo de la casa de Hafsa por algún trabajo y vi al Mensajero de Alláh respondiendo al llamado de la naturaleza dando cara hacia Sham (Siria, Jordania, Palestina y Libano vistos como países) con su espalda hacia el Qiblah. (Ver Hadith No. 145).
149. Narró Abdullah bin Umar: Una vez subi al techo de nuestra casa y vi al Mensajero de Alláh respondiendo al llamado de la naturaleza mientras estaba sentado sobre dos ladrillos dando cara hacia Bait-ul-Maqdis (Jerusalén) (Ver Hadith No. 145).
(15) CAPÍTULO. Lavado de las partes privadas con agua después de responder al llamado de la naturaleza.
150. Narró Anas bin Malik: Cuando el Mensajero de Alláh fue a responder el llamado de la naturaleza, yo junto con otro niño solíamos acompañarlo con un vaso de agua. (Hisham comentó: “Entonces él podía lavar sus partes privadas con ella”).
(16) CAPÍTULO. Obtener agua acarreada por alguien más para la purificación (lavado de las partes privadas de uno).
Y Abu Ad-Darda dijo (a la gente de Iraq): “¿No está el hombre cuyos apodos son Sahib An-Na’lain, Sahib At-Tahur y Sahib Al-Wisad (“Abdullah bin Masud) entre ustedes?” [Abdullah bin Masud solía traer los Na’lain (zapatos) y Tahur (agua para la purificación y ablución) y Wisad (alfombra) para el Profeta, entonces se llamaba por estos nombres].
151. Narró Anas: “Cuando el Mensajero de Alláh fue a responder al llamado de la naturaleza, yo solía junto con otro niño ir detrás de él con un vaso lleno de agua”.
(17) CAPÍTULO. Llevar un Anaza (palo con punta de lanza) junto con el agua para lavado de partes privadas después de responder al llamado de la naturaleza.
152. Narró Anas bin Malik: Cuando el Mensajero de Alláh fue a responder al llamado de la naturaleza, yo junto con otro niño solíamos acarrear un vaso lleno de agua (para la limpieza de las partes privadas) y un Anaza (palo con punta de lanza).
(18) CAPÍTULO. Está prohibido limpiar las partes privadas con la mano derecha.
153. Narró Abu Qatada: el Mensajero de Alláh dijo: “Cuando alguien de ustedes beba agua, no debería respirar en el envase, y cuando alguien de ustedes vaya al sanitario, no debería tocar su pene con su mano derecha ni tampoco limpiar sus partes privadas con su mano derecha”.
(19) CAPÍTULO. Mientras orina uno no debería sostener su pene con su mano derecha.
154. Narró Abu Qatada: el Profeta dijo: “Cuando uno de estedes orina, no debería tocar su pene con su mano derecha ni tampoco limpiar sus partes privadas con su mano derecha. (Y mientras se bebe) uno no debería respirar en el ustensilio de beber”.
(20) CAPÍTULO. Limpiar las partes privadas con piedras.
155. Narró Abu Hurairah: Seguí al Profeta mientras salía a responder el llamado de la naturaleza. No solía mirar de este u otro lado. Entonces, cuando me le acerqué él me dijo: “Veme a buscar algunas piedras para limpiar las partes privadas (o dijo algo similar), y no traigas un hueso o un pedazo de estiércol”. Entonces traje las piedras en una esquina de mi atuendo y la coloqué a su lado y luego me alejé de él. Cuando él terminó (de responder al llamado de la naturaleza) las utilizó.
(21) CAPÍTULO. No limpiar las partes privadas con estiércol.
156. Narró Abdullah: el Profeta salió para responder al llamado de la naturaleza y me pidió que trajera tres piedras. Encotré dos piedras y busqué a la tercera pero no la pude encontrar. Entonces, agarré un pedazo de estiércol seco y se lo traje. El tomó las dos piedras y tiró el estiércol y dijo: “Esto es Riksun (una cosa degenerativa o sucia)”.
(22) CAPÍTULO. El lavado de las partes del cuerpo (i.e., las partes las cuales son lavadas en ablución) una vez solamente mientras se realiza la ablución.
157. Narró Ibn Abas: el Profeta realizó la ablución lavando las partes del cuerpo solomente una vez.
(23) CAPÍTULO. El lavado de las partes del cuerpo dos veces mientras se realiza la ablución.
158. Narró Adullah bin Zaid: el Profeta realizó la ablución lavando las partes del cuerpo dos veces.
(24) CAPÍTULO. El lavado de las partees del cuerpo tres veces mientras se realiza la ablución.
159. Narró Humran, el esclavo de Uthman: “Vi a Uthman bin Affan preguntando por un vaso de agua (y cuando se la trajeron), echó agua sobre sus manos y las lavó tres veces y luego puso su mano derecha en el contenedor del agua y enjuagó su boca, lavó su nariz poniendo agua en ella y luega sonándola. Entonces el lavó sus antebrazos hasta los codos, y luego pasó sus manos (mojadas) sobre su cabeza y lavó sus pies hasta los tobillos tres veces”. Entonces dijo: “El Mensajero de Alláh dijo: “Si alguien realiza la ablución del modo en el que yo lo hice y ofrece dos Rak’a Salat (oración) durante las cuales no piensa en nada más entonces sus pecados pasados serán perdonados” “.
160. Narró Humran: Cuando Uthman realizó la ablución, dijo: “Les voy a decir un Hadith el cual no habría dicho excepto por (ya que no he sido obligado por) un cierto Verso Sagrado. He escuchado al Profeta decir: “Si un hombre realiza la ablución perfectamente y luego ofrece el Salat (oración) congregacional obligatorio, Alláh perdonará sus pecados cometidos entre esta (oración) y la oración (siguiente) hasta que lo ofrezca” “. El subnarrador Urwa dijo: Este Verso es: “Ciertamente, los que ocultan las pruebas claras y las evidencias y la guía la cual Nosotros hemos mandado...” (2:159).
(25) CAPÍTULO. La limpieza de la nariz poniéndole agua y luego sonándola durante la ablución.
161. Narró Abu Hurairah: el Profeta dijo: “Quienquiera que realice la ablución debería limpiar su nariz con agua poniendo el agua en ella y lugo sacarla, y quienquiera limpie sus partes privadas con piedras debería hacerlo con un número impar de piedras”.
(26) CAPÍTULO. Limpiar las partes privadas con un número impar de piedras.
162. Narró Abu Hurairah: el Mensajero de Alláh dijo: “Si alguien de ustedes realiza la ablución debería poner agua en su nariz y luego sacarla, y quienquiera que limpie sus partes privadas con piedras debería hacerlo con un número impar de piedras. Y quienquiera que se levante de su sueño debería lavarse las manos antes de ponerlas en el agua para la ablución, porque nadie sabe en donde estaban sus manos durante el sueño”.
(27) CAPÍTULO. Lavar ambos pies, y no es suficiente pasar las manos húmedas sobre los pies.
163. Narró Abdullah bin Amr: el Profeta permaneció detrás de nosotros en un viaje. Nos alcanzó mientras estabamos realizando la ablución para la oración del Asr la cual era debido y solamente estabamos pasando las manos (húmedas) sobre nuestros pies (no lavándolos adecuadamente) entonces se dirigió a nosotros en una voz fuerte diciendo dos o tres veces: “Salven sus talones del fuego”.
(28) CAPÍTULO. Enjuagar la boca con agua mientras se realiza la ablución.
Esta palabra vino del Profeta bajo la autoridad de Ibn Abbas y Abdullah bin Zaid.
164. Narró Humran, el esclavo liberado de Uthman bin Affan: Vi Uthman bin Affan pidiendo (por un vaso de agua) para realizar la ablución (y cuando se la trajeron), echó agua sobre sus manos y las lavó tres veces y luego puso su mano derecha en el contenedor de agua y enjuagó su boca y lavó su nariz poniendo agua en ella y luego sacandola. Entonces lavó su cara tres veces y (luego) sus antebrazos hasta sus codos tres veces, y luego pasó sus manos (mojadas) sobre su cabeza, y entonces lavó cada pie tres veces. Después de eso, Uthman dijo: “Vi al Profeta realizando la ablución como la mía”, y dijo: “Si alguien realiza la ablución como la mía y ofrece dos oraciones Rak’a durante los cuales no piensa en nada más entonces sus pecados pasados serán perdonados”.
(29) CAPÍTULO. El lavado de los talones durante la ablución.
Cuando Ibn Srirn realizó la ablución solía lavar el lugar que estaba debajo del anillo.
165. Narró Muhammad bin Ziyad: he escuchado a Abu Hurairah decir mientras pasaba a nuestro lado mientras la gente estaba realizando la ablución de un utensilio conteniendo agua: “Realicé la ablución perfecta y completamente por Abul-Qasim (el Profeta) que dijo: “Salven sus talones del fuego del Infierno”.
(30) CAPÍTULO. Lavar los pies, cuando uno lleva puesto zapatos; y no es suficiente para uno pasar la mano húmeda sobre los zapatos (pero uno debería quitarse los zapatos y lavarse los pies).
166. Narró Ubaid bin Juraij: Pregunté a Abdullah bin Umar: “O Abu Abdur Rahman! Te vi haciendo cuatro cosas las cuales no he visto a nadie de sus compañeros hacer”. Adullah bin Umar dijo: “¿Cuales son esas, Oh Ibn Juraij?”, dije: “Nunca te he visto tocar ninguna esquina (del Kabah) excepto las (dos) de cara al sur (Yemen), y te he visto llevar puestos zapatos hechos de cuero curtido y teñir tu cabello con Hinna;(un tipo de tinte). También noté que cuando estabas en Makkah, la gente asumió el Ihlal viendo la nueva luna creciente (primero de Dhul-Hijja) mientras no asumiste que el Ihlal (Ihram se llama también Ihlal lo cual quiere decir ‘Grito Fuerte’ ya que un Muhrim tiene que recitar Talbiya fuerte cuando asume el estado de Ihram)—hasta el 8º de Dhul-Hijja (Día de Tarwiya).
Adullah contestó: “Acerca de las esquinas (de Makkah), nunca he visto al Mensajero de Alláh tocar excepto las de cara al sur (Yemen) y acerca de los zapatos de cuero curtido, no hay duda vi al Mensajero de Alláh llevando puesto zapatos sin pelos, y solía realizar la ablución mientras lleva puesto los zapatos (i.e. lava sus pies y luego se pone los zapatos) entonces me gusta llevar puesto zapatos similares. Y acerca de teñir el cabello con Hinna; no hay duda he visto al Mensajero de Alláh teñir su cabello con el y es por eso que me gusta teñir (mi cabello con el). Acerca de Ihlal, no he visto el Mensajero de Alláh asumiendo el Ihlal hasta que se establezca para el Hajj”.
(31) CAPÍTULO. Mientras se realiza la ablución o se toma un baño, uno debería empezar del lado derecho del cuerpo.
167. Narró Umm-Atiyya que el Profeta en el momento de lavar a su hermana finada les ha dicho: “Empiecen desde el lado derecho inciando con estas partes las cuales se laven en la ablución”.
168. Narró Aishah: “Al Profeta solía gustarle iniciar desde el lado derecho al ponerse los zapatos, peinando su cabello y limpiando o lavándose y sin hacer nada más”.
(32) CAPÍTULO. Buscar agua (para la ablución) cuando se debe el tiempo de la oración.
Aishah dijo: “Una vez la oración Fajr era debida y se buscó el agua (para la ablución) pero no se encontró. Entonces la Divina Revelación del Tayammum se reveló. (Tayammum quiere decir poner o golpear ligeramente sobre la tierra limpia con las manos de uno, y luego pasar las palmas de cada una sobre el empalme de la otra, soplar el polvo y luego pasarlas sobre la cara)”.
169. Narró Anas bin Malik: “Vi al Mensajero de Alláh cuando la oración del Asr era debido y la gente buscó agua para realizar la ablución pero no pudieron encontrar nada de agua. Más tarde (un recipiente lleno de agua) se trajo para la ablución al Mensajero de Alláh. Puso su mano en el recipiente y ordenó a la gente realizar la ablución de ahí. Vi al agua saliendo debado de sus dedos hasta que todos hubieran realizado la ablución (era uno de los milagros del Profeta)”.
(33) CAPÍTULO. Lo que se dijo acerca del agua con la cual el cabello humano ha sido lavado.
Ata no vio ningún daño en hacer trenzas y cuerdas del cabello humano. La utilización de la cosa la cual es lamida o comida por un perro y el paso de los perros en la mezquita. Az-Zuhri dijo: “Es permisible para uno realizar la ablución con agua que ha sido lamida por un perro siempre y cuando no haya más agua que ésta”. (Ver Hadith No. 172). Sufyan dijo: “Esto es el verdadero veredicto religioso: Alláh dijo: Y si no encuentras más agua entonces realiza el Tayammum” (4:43).
170. Narró Ibn Sirin: Dije a Abida: “Tengo algo de cabello del Profeta el cual obtuve de Anas o de su familia”. Abida contestó: “No hay duda que si tuviera un sólo cabello de esos, sería para mi más preciado que todo el mundo y todo lo que estuviera en él”.
171. Narró Anas: Cuando el Mensajero de Alláh tuvo su cabeza afeitada, Abu Talha era el primero en obtener algo de sus cabellos.
CAPÍTULO. Si un perro toma agua de un utensilio de cualquiera de ustedes es esencial lavarlo siete veces.
172. Narró Abu Hurairah: el Mensajero de Alláh dijo: “Si un perro toma agua de un ustensilio de cualquiera de ustedes es esencial lavarlo siete veces”.
173. Narró Abu Hurairah: el Profeta dijo: “Un hombre vió a un perro comiendo lodo por (la severidad) de la sed. Entonces, este hombre tomó un zapato (y lo llenó) con agua y siguió poniéndole agua para el perro hasta que sació su sed. Entonces Alláh aprobó su acto e hizo que entrará en el Paraíso”.
174. Narró Hamza bin Abdullah: Mi padre dijo: “Durante la vida del Mensajero de Alláh, los perros solía orinar, y pasar a través de la mezquita (entrar y salir), no obstante no solían echar agua sobre ella (i.e. orina del perro)”.
175. Narró Adi bin Hatim: Le pregunté al Profeta (acerca de los perros de caza) y contestó: “Si dejas suelto (en el Nombre de Alláh) a tu perro domesticado después de un juego y él lo caza, puedes comerlo, pero si el perro come (la presa de este juego) entonces no te lo comas por que el perro lo ha cazado para sí mismo”. Más adelante dije: “A veces mando a mi perro para cazar y encuentro otro perro con él”. Dijo: “No te comas el objeto ya que has mencionado el Nombre de Alláh sólo al mandar a tu perro y no mencionaste el Nombre de Alláh sobre el otro perro”.
(34) CAPÍTULO. Quienquiera que considere no repetir la ablución excepto si algo se descarga o pasa por cualquier salida (delante o detrás en las partes privadas).
Como se mencionó en la Palabra de Alláh: “... O alguno de ustedes viene de responder el llamado de la naturaleza...” (5:6). Y Ata dijo: “Si sale un gusano del ano de uno o si una gota de descarga iguala el tamaño de un piojo sale del pene de uno (entonces es esencial la ablución)”. Jabir bin Abdullah dijo: “Si uno se rie en el Salat (oración), debería repetir su Salat y no la ablución”. Al-Hasan dijo: “Si alguien corta un poco de su cabello, corta sus uñas o se quita sus zapatillas de cuero, no es para repetir la ablución”. Abu Hurairah dijo: “No es necesario repetir la ablución excepto en Hadatth”. Y Jabir empezó: “El Profeta estaba en una pelea de Dhat-ur-Riqa y una persona fue herida con una flecha y sangró profusamente, pero se inclinó y se postró y continuó su Salat”. Al-Hasan dijo: “Los Musulmanes solían ofrecer el Salat regularmente con sus heridas”. Tawus, Muhammad bin Ali, Ata y la gente de Hijaz dijeron: “(Por) sangrar no (se) necesita la repetición de la ablución”. Ibn Umar exprimió uno de sus granos y le salió sangre pero no repitió la ablución. Ibn Abi Aufa escupió sangre pero siguió con su Salat. Ibn Umar y Al-Hasan dijeron: “Si uno saca su sangre entonces es necesario para el lavar el área cortada solamente”.
176. Narró Abu Hurairah: el Mensajero de Alláh dijo: “Una persona se considera en Salat (oración) mientras espera la oración en la mezquita y mientras no haga Hadath.” Un hombre no árabe preguntó: “¡Oh Abu Hurairah! ¿Que es el Hadath?”. Contestó: “Es el paso del viento (por el ano) (eso es uno de los tipos de Hadath)”.
177. Narró Abbad bin Tamim: Mi tío dijo: el Profeta dijo: “Uno no debería dejar (su oración) a menos que escuche o huela algo”.
178. Narró Ali: ”Solía tener descargas uretrales emocionales frecuentemente y me senti tímido para preguntarle al Mensajero de Alláh acerca de eso. Entonces le pedi a Al-Miqdad bin Al-Asqad preguntar (al Profeta) acerca de eso. Al-Miqdad le preguntó y él contestó: “Uno tiene que realizar la ablución (después de eso)” ”.
179. Narró Zaid bin Khalid: Le pregunté a Uthman bin Affan acerca de una persona quién empieza un intercambio pero no hasta la descarga. Uthman contestó: “Debería realizar la ablución como la de un Salat (oración) ordinario, pero debería lavar su pene”. Uthman agregó: “Lo escuché del Mensajero de Alláh”. Le pregunté a Ali, Az-Zubair, Talha y Ubai bin Kab acerca de eso y ellos, también dieron la misma contestación. (Esta orden fue cancelada más tarde y tomar un baño llegó a ser compulsivo para estos casos).
180. Narró Abu Said Al-Khudri: el Mensajero de Alláh mandó por un hombre Ansari quién llegó con agua goteando de su cabeza. El Profeta dijo: “Tal vez le hemos forzado a apurarse ¿fue así?”. El Ansari contestó: “Si.” Más adelante el Mensajero de Alláh dijo: “Si es forzado a apurarse (durante el intercambio) o no ha descargado entonces debería realizar la ablución”.
(Esta orden fue cancelada más tarde, i.e. uno tiene que tomar un baño).
(35) CAPÍTULO. (Lo que se dijo acerca de) un hombre quién ayuda a su compañero a realizar la ablución (echando agua por él).
181. Narró Usama bin Zaid: “Cuando el Mensajero de Alláh salió de Arafat, se volteó hacia un camino de la montaña en donde contestó el llamado de la naturaleza. (Después de terminar) Yo eché agua y él realizó la ablución y luego le dije: “¡Oh Mensajero de Alláh! ¿Ofrecerás el Salat (oración)?”. Él contestó: “La Musalla (el lugar de la oración) está delante de ti (en Al-Muzdalifa)”.
182. Narró Al-Mughira bin Shuba: Estaba en compañía del Mensajero de Alláh en uno de los viajes y salió para contestar el llamado de la naturaleza (y después de terminar) yo eché agua y él realizó la ablución; lavó su cara, sus antebrazos y pasó su mano (húmeda) sobre su cabeza y sobre los dos Khuffain (dos zapatillas de cuero).
(36) CAPÍTULO. Recitar del Corán o hacer otras invocaciones etc. después de Hadath.
Y Mansur citó a Ibrahim: “No hay daño en recitar nada en los baños (sin armarios) y en escribir cartas sin la ablución”. Y Hammad citó: “Salúdalos si traen puestos sus Izar (cubiertas de cintura) de otro modo no les saludes”.
183. Narró Abdullah bin Abas que se quedó a dormir en la casa de Maimuna la esposa del Profeta, su tía. Agregó: “Me acosté transversalmente en el colchón en dirección a la anchura mientras el Mensajero de Alláh y su esposa se acostaron en dirección a lo largo. El Mensajero de Alláh se durmió hasta la mitad de la noche, o un poco antes o un poco después y luego de despertó, sacudiendo las huellas de sueño de su cara con sus manos. Luego recitó los últimos diez Versos del Surat Al-‘Imran, se levantó y fue a un cubeta colgante. Realizó entonces la ablución y era una ablución perfecta, y luego se paró para ofrecer el Salat (oración). Yo, también, me paré e hice lo que había hecho el Profeta. Entonces fui y me paré a su lado (sobre su lado izquierdo). Él colocó su mano derecha sobre mi cabeza y agarró mi oreja derecha y la retorció (me jaló, y me hizo parar sobre su lado izquierdo). Rezó dos Rak’a, y luego dos Rak’a, y luego dos Rak’a, y luego dos Rak’a y luego dos Rak’a, y luego dos Rak’a (separadamente seis veces), y finalmente un Rak’a (el Wir). Luego se acostó otra vez en la cama hasta que llegó el Mu’adh-dhin mientras se levantaba el Profeta, ofreció dos oraciones Rak’a ligeras y salió y llevó la oración Fajr”.
(37) CAPÍTULO. Quienquiera que no repita la ablución excepto después de caer profundamente dormido, perdiendo completamente la conciencia.
184. Narró Asma bint Abi Bakr: “Llegué con Aishah la esposa del Profeta durante el eclipse solar. La gente estaba parada y ofreciendo el Salat (oración) y ella también está rezando. Le pregunté: “¿Qué está mal con la gente?”. Ella apuntó hacia el cielo con su mano y dijo: “Subhan Allah”. Le pregunté: “¿Es una señal?”. Ella asintió: “Sí”. Entonces yo también me paré para el Salat hasta que caí inconciente y más tarde eché agua sobre mi cabeza. Después del Salat, el Mensajero de Alláh rezó y glorificó a Alláh y dijo: “Justo ahora he visto algo lo cual nunca había visto antes en este lugar mío, incluyendo el Paraíso y el Infierno. Y me ha sido revelado que serán puestos en juicios en sus tumbas y estos juicios serán como los juicios de Ad-Dajjal, o casi como ellos (el subnarrador no está seguro de lo que dijo Asma). Los ángeles vendrán con cada uno de ustedes y preguntarán: “¿Qué es lo que saben de este hombre?” Un creyente contestará: “Él es Muhammad, el Mensajero de Alláh, y vino con nosotros con la verdad evidente y la guía. Entonces hemos aceptado su enseñanza, le hemos creido, y le hemos seguido”. Entonces los ángeles se quedarán con él para dormir en paz ya que han venido para saber si era un creyente. Por otro lado un hipócrita o una persona dudosa contestará: “No sé pero he escuchado a la gente decir algo y entonces dije lo mismo”.
(38) CAPÍTULO. Pasar las manos húmedas sobre toda la cabeza durante la ablución.
Como se refiere en la Palabra de Alláh: “...Froten (pasando sus manos húmedas sobre) sus cabezas...” (5:6). E Ibn Al-Musaiyab dijo: “Esta orden es para hombres y mujeres”. Y a Malik se le preguntó: “¿Pasar una mano mojada sobre una parte de la cabeza es suficiente (y que no es suficiente)?“. Él tomó su veredicto de la narración de Abdullah bin Zaid la cual seguía.
185. Narró Yahya Al-Mazini: Una persona preguntó a Abdullah bin Zaid, quien era el Abuelo de Amr binYahya: “¿Me puedes enseñar como el Mensajero de Alláh solía realizar la ablución?”. Abdullah bin Zaid contestó de modo afirmativo y pidió agua. La echó sobre sus manos y las lavó dos veces, luego enjuagó su boca tres veces y lavó su nariz con agua tres veces poniendole agua y sonándosela. Lavó su cara tres veces y después de lavar sus antebrazos hasta el codo tres veces y luego pasó sus manos húmedas sobre su cabeza desde adelante hacia atrás y viceversa (empezando con el frente y llevandolas hacia la parte de atrás de su cabeza hasta la parte plana de su cuello y luego las llevó hacia delante otra vez desde donde empezó) y luego lavó sus pies (hasta los tobillos).
(39) CAPÍTULO. El lavado de los pies hasta los tobillos.
186. Narró Amr: Mi padre vió a Amr bin Abi Hasan preguntando a Abdullah bin Zaid acerca de la ablución del Profeta. Abdullah bin Zaid pidió un recipiente de barro conteniendo agua y realizó la ablución como la del Profeta en frente de ellos. Echó agua del recipiente sobre su mano y lavó sus manos tres veces y luego puso sus manos en el recipiente y enjuagó su boca y su nariz poniendole agua y sonándola con tres puñados de agua. Otra vez puso sus manos en el agua y lavó su cara tres veces y lavó sus antebrazos hasta sus codos tres veces; y luego puso sus manos en el agua y luego las pasó sobre su cabeza trayéndolas hacia delante y luego hasta la parte de atrás de la cabeza una vez, y luego lavó sus pies hasta los tobillos.
(40) CAPÍTULO. El uso del agua restante después de la ablución.
Y Jarir bin Abdullah ordenó a los miembros de su familia realizar la ablución con el agua en la cual el puso su Siwak (un pedazo de raiz de un árbol llamado Al-Arak utilizado como cepillo de dientes).
187. Narró Abu Juhaifa: el Mensajero de Alláh llegó con nosotros al medio día y se le trajo agua para la ablución. Después de realizar la ablución, el agua restante fue tomada por la gente y empezaron a untar sus cuerpos con ella (como una cosa sagrada). El Profeta ofreció dos Rak’a de la oración del Zuhr y luego dos Rak’a de la oración del Asr mientras un Anaza (palo con punta de lanza) estaba ahí (como un Sutra) en frente de él.
188. Abu Musa dijo: El Profeta pidió un vaso conteniendo agua y lavó sus dos manos y cara él y luego arrojó un bocado de agua en el vaso y nos dijo (a Abu Musa y Bilal), “Beban del vaso y echen algo de su agua sobre sus caras y pechos”.
189. Narró Ibn Shihab: Muhmud bin Ar-Rabi quién era la persona en cuya cara el Profeta arrojó un bocado lleno de agua de su familia mientras era un niño y Urwa (bajo la autoridad de Al-Miswar y otros) quién testificó cada quién, dijo: “Cuando el Profeta, realizó la ablución, sus Compañeros estaban casi peleando por los restos de esta agua”.
CAPÍTULO.
190. Narró As-Saib bin Yazid: Mi tía me llevó con el Profeta y dijo: “¡Oh Mensajero de Alláh! Este hijo mío tiene una enfermedad en su pierna”. Entonces pasó sus manos sobre mi cabeza y rezó por la Bendición de Alláh para mí; luego realizó la ablución y bebí del agua restante. Me quedé detrás de él y vi el sello del Profeta entre sus hombros, y era como el Zirril-Hajala” (quiere decir el botón de una pequeña tienda, pero algunos dicen ‘huevo de una perdiz”, etc.).
(41) CAPÍTULO. Enjuagar la boca de uno y poniendo agua en la nariz de uno y limpiarla soplando el agua de ella con un sólo puñado de agua.
191. Narró Amr bin Yahya bajo la autoridad de su padre: “Abdullah bin Zaid puso agua en sus manos de un utensilio conteniendo agua y las lavó y luego, con un puñado de agua enjuagó su boca en el y lavó su nariz poniendole agua y luego la sonó. Lo repitió tres veces, el, luego lavó sus manos y antebrazos hasta los codos dos veces y pasó las manos (mojadas) sobre su cabeza, hacia delante y hacia atrás, y lavó sus pies hasta sus tobillos y dijo: “Eso era la ablución del Profeta” ”.
(42) CAPÍTULO. Pasar las manos mojadas sobre la cabeza sólo una vez (mientras se realiza la ablución).
192. Narró Amr binYahya: Mi padre dijo: “Vi a Amr bin Hasan preguntando a Abdullah bin Zaid acerca de la ablución del Profeta. Abdullah bin Zaid preguntó por un recipiente de barro conteniendo agua y realizó la ablución en frente de ellos. Echó agua sobre sus manos y las lavó tres veces. Luego puso su mano (derecha) en el recipiente y enjuagó su boca y lavó su nariz poniendole agua y, luego, sonándola tres veces con tres puñados de agua. Otra vez puso sus manos en el agua y lavó su cara tres veces. Después de eso puso su mano en el recipiente y lavó sus antebrazos hasta los codos dos veces, y luego otra vez puso su mano en el agua y pasó las manos (húmedas) sobre su cabeza llevandolas desde el frente hasta la parte de atrás (y las regresó) y una vez más puso su mano en el recipiente y lavó sus pies (hasta los tobillos)”.
Narró Wuhaib que (el Profeta como en la narración 191 de arriba) había pasado sus manos húmedas sobre su cabeza una vez solamente.
(43) CAPÍTULO. La realización de la ablución por un hombre junto con su esposa. El uso del agua restante después de que una mujer haya realizado la ablución.
Umar realizó la ablución con agua tibia y con agua traida de una casa de una mujer Cristiana.
193. Y narró Abdullah bin Umar: “Durante la vida del Mensajero de Alláh los hombres y las mujeres solían realizar la ablución juntos”.
(44) CAPÍTULO. Salpicar el agua restante después de realizar la ablución sobre una persona inconciente por el Profeta.
194. Narró Jabir: El Mensajero de Alláh me vino a visitar mientras estaba enfermo e inconciente. Realizó la ablución y salpicó el agua restante sobre mi y me volvi conciente y dije: “¡Oh Mensajero de Alláh! ¿A quién irá mi herencia si no tengo ni ascendientes ni descendientes?” Entonces los Versos Divinos acerca de Fara’id (herencia) se revelaron.
(45) CAPÍTULO. Tomar un baño o realizar la ablución de un Makhdab (utencilio), un vaso, o un recipiente de piedra o de madera.
195. Narró Anas: Era el tiempo del Salat (oración), y los que tenían cerca a sus esposas se levantaron y fueron con su gente (para realizar la ablución), y había gente todavía (sentada). Entonces un recipiente de piedra pintada (Mikhdab) conteniendo agua fue traido al Mensajero de Alláh. El recipiente era chico, no suficiente para que uno le pudiera poner la mano; pero todo el mundo realizó la ablución. (El subnarrador dijo: “Preguntamos a Anas: “¿Cuántas personas eran?”. Anas contestó: “Eramos ochenta o más”)”. (Era uno de los milagros del Mensajero de Alláh).
196. Narró Abu Musa: “Una vez el Profeta pidió un vaso conteniendo agua. Lavó sus manos y su cara en él y también arrojó un bocado lleno de agua en él”.
197. Narró Abdullah bin Zaid: “Una vez el Mensajero de Alláh llegó con nosotros y le trajimos agua para él en un recipiente de latón. Realizó la ablución así: Lavó su cara tres veces, y sus antebrazos hasta los codos tres veces, y pasó sus manos (mojadas) ligeramente sobre su cabeza desde adelante hasta la parte de atrás y las llevó hacia delante otra vez y lavó sus pies (hasta los tobillos)”.
198. Narró Aishah: “Cuando la dolencia del Profeta se agravó y su enfermedad empeoró, pidió a sus esposas que fuera cuidado (tratado) en mi casa. Entonces le dieron el permiso. Entonces el Profeta llegó (a mi casa) con el apoyo de dos hombres, y sus piernas iban arrastrando sobre el suelo, entre Abbas, y otro hombre”. Ubaid-Ullah (el subnarrador) dijo: “Le informé a Abdullah bin Abbas de que Aishah dijo, Ibn Abbas dijo: “¿Sabes quién era el otro hombre?”. Contesté de manera negativa, ibn Abbas dijo: “Era Ali (bin Abi Talib)” ”.
Abbas dijo más adelante: “Cuando el Profeta llegó a mi casa y su enfermedad empeoró nos ordenó poner siete pieles llenas de agua para él, para que entonces pudiera dar algún consejo a la gente. Entonces se sentó en un Mikhdab (tina de latón) perteneciente a Hafsa, la mujer del Profeta. Entonces, todos nosotros empezamos a echar agua de las cubetas sobre él hasta que nos indicó parar y que hubieramos hecho (lo que quiso que hicieramos). Después de eso salió con la gente”.
(46) CAPÍTULO. Realizar la ablución de un recipiente de barro.
199. Narró Amr bin Yahya bajo la autoridad de su padre: Mi tío solía realizar la ablución extravagantemente y una vez le pidió a Abdullah bin Zaid decirle como él había visto al Profeta realizar la ablución. Pidió un recipiente de barro conteniendo agua y del recipiente echó agua sobre sus manos y las lavó tres veces, y luegó colocó sus manos dentro del recipiente y enjuagó su boca y lavó su nariz poniendole agua y luego, sonándola tres veces con un puñado de agua; Otra vez puso sus manos en el agua y tomó un puñado de agua y lavó su cara tres veces, y luego lavó sus manos hasta los codos dos veces, y tomó agua con su mano y la pasó sobre su cabeza llevandolas desde el frente hasta la parte de atrás y luego lavó sus pies (hasta los tobillos) y dijo: “Vi al Profeta realizar la ablución de esa manera”.
200. Narró Thabit: Anas dijo: “El Profeta pidó agua y le trajeron un vaso con base y no tan profundo, conteniendo una pequeña cantidad de agua, y puso sus dedos en él”. Anas más adelante dijo: “Noté que el agua salía salpicando de sus dedos”. Anas agregó: “He estimado que la gente quién realizó la ablución con ella era de entre setenta a ochenta”.
(47) CAPÍTULO. Realizar la ablución con un Mudd de agua. (Mudd es prácticamente 2/3 de kilogramo):
201. Narró Anas: “El Profeta solía tomar un baño con un Sa’ ó con hasta cinco Mudd (1 Sa’ = 4 Mudd) de agua y solía realizar la ablución con un Mudd de agua”.
(48) CAPÍTULO. Pasar las manos húmedas sobre los Khuffain (dos zapatillas de cuero recubriendo los tobillos).
202. Narró Abdullah bin Umar: Sad bin Abi Waqqas dijo: “El Profeta pasó las manos húmedas sobre sus Khuffain”.
Abdullah bin Umar preguntó a Umar acerca de eso. Umar contestó de forma afirmativa y agregó: “Cuando Sad narra un Hadith del Profeta, no hay duda para preguntarle a nadie más acerca de eso”.
203. Narró Al-Mughira bin Shuba: “Una vez el Mensajero de Alláh salió para responder al llamado de la naturaleza y lo segui con un vaso conteniendo agua, y cuando terminó, eché agua y él realizó la ablución y pasó las manos húmedas sobre sus Khuffain (dos zapatillas de cuero)”.
204. Narró Jafar bin Amr bin Umaiya Ad-Damri: Mi padre dijo: “Vi pasar al Profeta las manos húmedas sobre sus Khuffain (dos zapatillas de cuero)”.
205. Narró Jafar bin Amr: Mi padre dijo: “Vi al Profeta pasar las manos húmedas sobre sus Imama (turbante) y sus Khuffain (dos zapatillas de cuero)”.
(49) CAPÍTULO. Si uno se pone (Khuff) justo después de realizar la ablución (no hay necesidad de lavar otra vez los pies de uno en la ablución) (24 horas para los no viajeros y tres dias para los viajeros).
206. Narró Urwa bin Al-Mughira: Mi padre dijo: “Una vez estaba en la compañía del Profeta en un viaje y me incliné para quitarle sus Khuff. Me ordenó dejarlos ya que se los había puesto después de realizar la ablución. Entonces pasó las manos húmedas sobre ellos”.
(50) CAPÍTULO. No repetir la ablución después de comer borrego y As-Sawiq.
Abu Bakr, Umar y Uthman comieron esas comidas pero no repitieron la ablución.
207. Narró Abdullah bin Abbas: ”El Mensajero de Alláh comió un pedazo de borrego cocido, la región de la espalda y ofreció el Salat (oración) sin repetir la ablución”.
208. Narró Jafar bin Amr bin Umaiya: Mi padre dijo: “Vi al Mensajerode Alláh tmando un pedazo de borrego (cocido) de la región de la espalda y luego se le llamó para el Salat (oración). Soltó su cuchillo y ofreció el Salat sin repetir la ablución”.
(51) CAPÍTULO. Enjuagar la boca de uno (con agua) después de comer As-Sawiq sin repetir la ablución.
209. Narró Suwaid bin Al-Unman: En el año de la conquista de Khaibar fui con el Mensajero de Alláh hasta alcanzar Sahba, un lugar cerca de Khaibar, en donde el Mensajero de Alláh ofreció la oración del Asr y pidió comida. Nada más trajeron As-Sawiq. Ordenó que fuera humedecida con agua. Él y todos nosotros la comimos y el Profeta se paró para el Maghrib (oración), enjuagó su boca con agua e hicimos lo mismo, y entonces ofreció el Salat (oración) sin repetir la ablución.
210. Narró Maimuna: “El Profeta comió (un pedazo) de borrego de la región de la espalda y luego ofreció el Salat (oración) sin repetir la ablución”.
(52) CAPÍTULO. Si enjuagar la boca después de beber leche.
211. Narró Ibn Abbas: El Mensajero de Alláh bebió leche, enjuagó su boca y dijo: “Tiene grasa”.
(53) CAPÍTULO. Ablución después de dormir. Y quienquiera que considere innecesario repetir la ablución después de dormitar una o dos veces o después de cabezear una vez en el sueño.
212. Narró Aishah: el Mensajero de Alláh dijo: “Si alguien de ustedes se siente somnoliento mientras este ofreciendo el Salat (oración) debe ir a la cama (dormir) hasta que su sueño se acabe, ya que durante la oración mientras este somnolento, uno no sabe si se está pidiendo por perdón o por una cosa mala para si mismo”.
213. Narró Anas: el Profeta dijo: “Si alguien de ustedes se siente somnoliento mientras este ofreciendo el Salat (oración), debe dormir hasta que entienda lo que este diciendo (recitando)”.
(54) CAPÍTULO. Realizar la ablución aún teniendo un Hadath.
214. Narró Amr bin Amir: Anas dijo: “El Profeta solía realizar la ablución para cada Salat (oración)”. Le pregunté a Anas: “¿Qué es lo que solías hacer?”. Anas respondió: “Solíamos rezar con la misma ablución hasta romperlo con el Hadath”.
215. Narró Suwaid bin Unman: “En el año de la conquista de Khaibar fui con el Mensajero de Alláh hasta llegar a Sahba en donde el Mensajero de Alláh llevó la oración ‘Asr y pidió de comer. Nada más trajeron Sawiq y lo comimos y tomamos (agua). El Prodeta se levantó para la (oración) Maghrib, enjuagó su boca con agua y llevó la oración sin repetir la ablución”.
(55) CAPÍTULO. Uno de los mayores pecados no es protegerse a sí mismo (la ropa y el cuerpo de uno) de la orina de uno (i.e. ensuciarse con ella).
216. Narró Ibn Abbas: Una vez el Profeta, mientras pasaba por uno de los Heytan (jardines o patios) de Al-Madina o Makkah escuchó voces de dos personas que estaban siendo torturadas en sus tumbas. El Profeta dijo: “Estas dos personas están siendo torturadas no por un pecado mayor (para evitar)”. El Profeta luego agregó: “Sí (están siendo torturadas por un pecado mayor). De hecho, uno de ellos nunca se salvó de ensuciarse con su orina mientras que el otro solía decir calumnias (para hacer enemistad entre los amigos)”. El Profeta entonces pidió una rama verde (de un árbol de dátil) la rompió en dos partes y puso una en cada tumba. Al preguntarle porque hizo tal cosa, respondió: “Espero que su tortura se aminore, hasta que se sequen”.
(56) CAPÍTULO. Lo que se dijo acerca de lavar la orina.
Y el Profeta hizo notar la persona en la tumba que no se salvó de ensuciarse con su orina. Y el Profeta mencionó solamente la orina de los seres humanos.
217. Narró Anas bin Malik: “Cuando el Profeta fue a contestar el llamado de la naturaleza, solía traer agua con la cual solía lavar sus partes privadas”.
CAPÍTULO.
218. Narró Ibn Abbas: el Profeta pasó cerca de dos tumbas y dijo: “Estas dos personas están siendo torturadas no por un pecado mayor (para evitar). Uno de ellos nunca se salvó de ensuciarse con su orina mientras que el otro solía decir calumnias (para crear enemistad entre los amigos)”. El Profeta entonces tomó una rama verde (de un árbol de dátil), la rompió en dos partes y colocó una en cada tumba. Dijeron: “¡Oh Mensajero de Alláh! ¿Por qué hizo tal cosa?”. Respondió: “Espero que su castigo se aminore, hasta que estas (ramas) se sequen”. (Ver el pie de página de Hadith 216).
(57) CAPÍTULO. El Profeta y la gente dejaron al beduino sin molestar hasta que terminó de orinar en la mezquita.
219. Narró Anas bin Malik: el Profeta vió a un beduino orinando en la mezquita y le dijo a la gente que no lo molestaran. Cuando terminó, el Profeta pidió un poco de agua y la echó (sobre la orina).
(58) CAPÍTULO. Echar agua sobre la orina dentro de la mezquita.
220. Narró Abu Hurairah: Un beduino se paró y empezó a orinar en la mezquita. La gente lo agarró pero el Profeta les ordenó dejarlo y echar una cubeta de agua sobre el lugar donde corrió la orina. El Profeta entonces dijo: “Ustedes han sido mandado para hacer las cosas más fáciles (para la gente) y no para hacerlas más difíciles para ellos”.
221. Narró Anas bin Malik: el Profeta dijo como más arriba (Hadith No. 220).
CAPÍTULO. Derramar agua sobre el lugar en donde hay orina.
Narró Anas bin Malik: “Un beduino llegó y se orinó en una esquina de la mezquita. La gente le disparó pero el Profeta les detuvo hasta que terminó de orinar. El Profeta les ordenó derramar una cubeta de agua sobre este lugar y así lo hicieron”.
(59) CAPÍTULO. La orina de los niños.
222. Narró Aishah, la madre de los creyentes fieles: “Trajeron a un niño al Mensajero de Alláh y orinó sobre el atuendo del Profeta. El Profeta pidio agua y la echó sobre el lugar ensuciado”.
223. Narró Umm Qais bint Mihsan: “Traje mi niño, quién no había empezado a comer (comida ordinaria) al Mensajero de Alláh quién lo tomó y lo hizo sentar en su regazo. El niño se orinó sobre el atuendo del Profeta, entonces pidió agua y la salpicó sobre el (área) sucia pero no lo lavó”.
(60) CAPÍTULO. Orinar mientras este parado o sentado.
224. Narró Hudhaifa: “Una vez el Profeta fue a los desechos de algunas personas y se orinó mientras estaba sentado. Luego pidió agua y entonces se la traje y realizó la ablución”.
(61) CAPÍTULO. Orinar al lado de un compañero mientras le tapa una pared.
225. Narró Hudhaifa: “El Profeta y yo caminamos hasta encontrar los desechos de algunas personas. Se paró, ya que nadie de ustedes se paró, detrás de una pared y orinó. Me fui, pero me hizo una seña (de regresar). Entonces me acerqué y me quedé cerca de su espalda hasta que terminó”.
(62) CAPÍTULO. Orinar cerca de los desechos de algunas personas.
226. Narró Abu Wail: Abu Musa Al-Ashari solía ponerle gran importancia a la cuestión de la orina y solía decir: “Si alguien de Bani Israel ensucia su ropa con orina, acostumbraba a cortar esta parte”. Al escuchar eso, Hudhaifa dijo a Abu Wail: “Espero que él (Abu Musa) no lo haya hecho (poner gran importancia en esta cuestión)”. Hudhaifa agregó: “El Mensajero de Alláh fue a los desechos de algunas personas y orinó mientras estaba parado”.
(63) CAPÍTULO. El lavado de la sangre.
227. Narró Asma: Llegó una mujer con el Profeta y dijo: “Si alguien de nosotras se mancha con su menstruación entonces ¿Qué debería hacer?” Él contestó: “Ella debería (agarrar el lugar sucio), frotarlo y ponerlo en agua y frotarlo para remover toda huella de la sangre y luego echarle agua. Entonces ella pude ofrecer el Salat (oración).
228. Narró Aishah: Fatima bint Hubaish llegó con el Profeta y dijo: “¡Oh Mensajero de Alláh! Tengo sangrado persistente (del útero) y no llego a estar limpia. ¿Debería renunciar a mi Salat (oración)?”. El Mensajero de Alláh contestó: “No porque es de un vaso sanguíneo y no es la menstruación. Entonces cuando empieza tu menstruación deja tu Salat y cuando termine, lava la sangre (toma un baño) y ofrece tu Salat”.
Hisham (el subnarrador) dijo que su padre agregó: (el Profeta le dijo a ella): “Realiza la ablución por cada Salat (oración) hasta que llegue el tiempo del siguiente periodo”.
(64) CAPÍTULO. El lavado del semen con agua y frotamiento (cuando está seco) y el lavado de lo que sale de la mujer (i.e. descarga).
229. Narró Aishah: “Solía lavar las huellas del Janaba (semen) de las ropas del Profeta y él solía ir al los Salat (oraciones) mientras las huellas del agua estaban todavía ahí (las manchas de agua estaban todavía visibles)”.
230. Narró Sulaiman bin Yasar: Le pregunté a Aishah acerca de las ropas manchadas con semen. Ella contestó: “Solía lavarlas de las ropas del Mensajero de Alláh y él iba para el Salat (oración) mientras las manchas de agua estaban todavía visibles”.
(65) CAPÍTULO. Si las (huellas del) Janaba (semen) u otras manchas no se quitan completamente por el lavado.
231. Narró Amr bin Maimun: He escuchado Sulaiman bin Yasar hablar acerca de las ropas manchadas con semen. Dijo: Aishah dijo: “Solía lavarlo de las ropas del Mensajero de Alláh y él iba por las Salat (oraciones) mientras las manchas de agua estaban todavía visibles”.
232. Narró Aishah: “Solía lavar el semen de las ropas del Profeta y aún así solía notar una o más manchas en ellas”.
(66) CAPÍTULO. (Lo que se dijo) acerca de la orina de los camellos, ovejas y otros animales y acerca de sus rebaños.
Abu Musa ofreció la oración en Dar-il-Barid y había estiércol animal en ella y había un vasto pedazo de tierra cerca. Abu Musa dijo: “Ambos lugares son similares (para ofrecer las oraciones)”.
233. Narró Abu Qilaba: Anas dijo: “Algunas personas de las tribus de Ukl o Uraina llegaron de Al-Madina y su clima no les iba. Entonces el Profeta les ordenó ir con la manada de camellos y beber su leche y su orina (como medicina). Entonces se fueron como indicado y después de que se volvieron saludables, mataron al pastor del Profeta y se llevaron todos los camellos. Las noticias llegaron al Profeta temprano y él mandó (a hombres) detrás de ellos y los capturaron y los trajeron al medio día. Entonces ordenó cortar sus manos y pies (y se hizo), y sus ojos fueron marcados con piezas de hierro caliente. Los pusieron en Al-Harra y cuando pidieron agua, no se les dió agua”.
Abu Qilaba agregó: “Esta gente cometió robo, asesinato, pasaron a ser incrédulos después de haber aceptado el Islam (Murtadin) y pelearon en contra de Alláh y de Su Mensajero”.
234. Narró Anas: Antes de la construcción de la mezquita, el Profeta ofreció Salat (oraciones) en el rebaño de las ovejas.
(67) CAPÍTULO. An-Najasat (cosas impuras y mugruientas) las cuales caen en la Ghee (matequilla de cocina la cual se obtiene evaporando la humedad de la mantequilla) y agua.
Az-Zuhri dijo: “No hay daño en utilizar el agua si su sabor, olor o color no ha cambiado”. Hammad dijo: “No hay daño si restos de pájaros muertos caen en él”. Acerca de los huesos de los animales muertos como un elefante, Az-Zuhri dijo: “He conocido a algunos de los hombres religiosos viejos que los utilizaba (los huesos) como peines y como contenedores para aceites, etc., y no encontraron ningún daño en eso”. Ibn Sirin e Ibrahim dijeron: “No hay daño en el comercio del marfil”.
235. Narró Maimuna: “Al Mensajero de Alláh se le preguntó acerca del ghee (mantequilla de cocina) en la cual ha caido un ratón”. Dijo: “Saquen al ratón y tiren el ghee a su alrededor y utilicen el resto”.
236. Narró Maimuna: “Al Profeta se le preguntó acerca del ghee (mantequilla de cocina) en el cual ha caido un ratón”. Dijo: “Saquen al ratón y tiren el ghee a su alrededor (y utilicen el resto)”.
237. Narró Abu Hurairah: “El Profeta dijo: “Una herida que recibe un Musulmán por la Causa de Alláh aparecerá en el Día de Resurreción tal como era en el día de la imposición; la sangre saldrá de la herida y su color será del color de la sangre pero olerá como almizcle (perfume)”.
(68) CAPÍTULO. Orinar en aguas estancadas.
238. Narró Abu Hurairah: el Mensajero de Alláh dijo: “Nosotros (los Musulmanes) somos los últimos (personas en llegar en la mundo) pero (seremos) los primeros (en el Día de la Resurreción)”.
239. El mismo narrador dijo que el Profeta había dicho: “No deben pasar la orina en aguas estancadas las cuales no fluyen entonces (puede que necesite) lavarse en ellas”.
(69) CAPÍTULO. Si un cadáver o una cosa contaminada se ponen sobre la espalda de una persona que ofrece el Salat (oración), su Salat no será eliminada (rechazada) por Alláh).
En la oración Ibn Umar solía quitarse sus ropas cuando veía sangre sobre ellas y solía continuar con su oración. Ibn Al-Musaiyyab y Ash-Shabi dijeron: “Cuando una persona ofrece su Salat (oración) mientras lleva puesto ropas manchadas con sangre o Janaba u ofrece el Salat en otra dirección que el Qiblah (no intencionalmente) o con Tayammum y encuentra agua antes de que el tiempo del Salat termine, no tiene que repetir su Salat en ninguno de los casos antes mencionados”.
240. Narró Abdullah bin Masud: “Una vez el Profeta estaba ofreciendo el Salat (oración) cerca de Kabah. Abu Jahl estaba sentado con algunso de sus compañeros. Algunos de ellos dijeron a los demás: “¿Quién entre ustedes aportará los contenidos abdominales (intestinos, etc.) de un camello de Bani y ponerlos sobre la espalda de Muhammad, cuando se incline?”. El más desgraciado de ellos (Uqba bin Abi Mu’ait) se levantó y los trajo. Esperó hasta que el Profeta se inclinó y entonces los colocó sobre su espalda entre sus hombros. Estaba viendo pero no pude hacer nada. Tenía la esperanza de que alguien conmigo se opusiera. Empezaron a reirse y a caerse encima. El Mensajero de Alláh estaba postrado y no levantó su cabeza hasta que Fátima (la hija del Profeta) llegó y los tiró (los contenidos intestinales del camello) de su espalda. Levantó la cabeza y dijo tres veces: “¡Oh Alláh! Destruye a los (infieles del) Quraish”. Entonces fue duro para Abu Jahl y sus compañeros cuando el Profeta invocó a Alláh en contra de ellos ya que tenían la convicción de que las oraciones y las invocaciones eran aceptadas en esta ciudad (Makkah). El Profeta dijo: “¡Oh Alláh! Destruya a Abu Jahl, Utba bin Rabi, a Shaiba bin Rabi, a Al-Walid bin Utba, Umaiyya bin Khalaf y Uqba bin Abi Muait (y mencionó el septimo cuyo nombre no puedo recordar)”. Por Alláh en cuyas Manos está mi vida, vi los cadaveres de estas personas los cuales fueron contados por el Mensajero de Alláh en Qalib (uno de los bienes) de Badr”.
(70) CAPÍTULO. Escupir o soplar de la nariz o hacer una acción similar en el atuendo de uno.
Narró Misqar bin Makhrama y Marwan: El Mensajero de Alláh estableció el tiempo de Al-Hudaibiya (convenio), y mencionó el resto del Hadith y cuando el Mensajero de Alláh escupió, el escupitajo caería sobre la mano de uno de ellos (los Compañeros del Profeta) quién lo frotaría sobre su cara y su piel.
241. Narró Anas: El Profeta una vez escupió sobre sus ropas.
(71) CAPÍTULO. Era ilegal realizar la ablución con Nabidh (agua en la cual dátiles o uvas etc, son remojadas y todavía no han fermentado) o con cualquier otro embriagante.
A Hasan y a Abul-Aliya no les gustó eso. Ata dijo: “Prefiero hacer Tayammum en vez de hacer la ablución con leche o Nabidh”.
242. Narró Aisha: el Profeta dijo: “Todas la bebidas que producen intoxicación son Haram (prohibidas) para beber”. Abul-Aliya dijo: “Frota mi pierna como si doliera”.
243. Narró Abu Hazim: a Sahl bin Sad As-Saidi le preguntó la gente: “¿Con qué se trató la herida del Profeta?”. Sahl contestó: “No queda nadie más vivo que sepa mejor que yo”. Ali solía traer agua en su escudo y Fátima solía lavar la sangre de su cara. Entonces se quemaba la vara de comino y se llenaba la herida con ello (i.e. sus cenizas)”.
(73) CAPÍTULO. Siwak (lavar los dientes con Siwak el cual es un cepillo de dientes en forma de un lapiz de las raices del árbol Arak).
Ibn Abbas dijo: “Una vez pasé la noche con el Profeta y lo vi limpiar los dientes (con Siwak)”.
244. Narró Abu Burda: Mi padre (Abu Musa) dijo: “Llegé con el Profeta y lo vi llevar un Siwak en su mano y lavarse los dientes, diciendo: “U, U”, como si tuviera nauseas mientras el Siwak estaba dentro de su boca”.
245. Narró Hudhaifa: Cuando el Profeta se levantó en la noche, solía lavarse la boca con el Siwak.
(74) CAPÍTULO. Dar el Siwak a la persona de más edad del grupo.
246. Narró Ibn Umar: el Profeta dijo: “Soñé que estaba lavando mis dientes con un Siwak y dos personas llegaron conmigo. Uno estaba de más edad y di el Siwak al al más joven. Me dijeron que tenía que darselo al mayor y entonces así lo hice”.
(75) CAPÍTULO. La superioridad de una persona quién duerme con la ablución.
247. Narró Al-Bara bin Azib: el Profeta me dijo: “Cuando tienes que ir a la cama realiza la ablución de esta forma para el Salat (oración), acuestate sobre tu lado derecho y di, Allahumma inni aslamtu wajh ilaika, wa fauwadtu, amri ilaika, wa alja’tu zahri ilaika raghbatan wa rahbatan ilaika. La malja’wa la manja minka illa ilaika. Allahumma amantu bikitabikal-ladhi anzalta wa bina-biyikal-ladhi arsalta, [O Alla! Me rindo ante Ti y confío en Ti todos mis asuntos y dependo de Ti para Tus Bendiciones, con esperanza y temor de Ti. No hay escapada de Ti, y no hay lugar de protección y seguridad excepto contigo. O Alláh! Creo en Tu Libro (el Corán) el cual Tu has revelado y en Tu Profeta (Muhammad) el cual Tu has mandado]. Y entonces morirás con fe (i.e. en la religión Islam). Deja que las palabras que se han dicho antes sean tu última expresión (antes de dormir)”.
Lo repetí ante el Profeta y cuando llegé a “Allahumma amantu bikitabikal-ladhi anzalta (Oh Alláh creo en Tu Libro el cual Has revelado)” dije: “Wa Rasulika (y Tu Mensajero)”. El Profeta dijo: “No, (pero di): ‘Wa Nabiyikal-ladhi arsalta (Tu Profeta el cual Has mandado), en su lugar”.